Nuestro anterior año escolar fue un
desastre, lo confieso sin ton ni son. El
proceso de adaptación a la nueva escuela
fue muy difícil dado una serie de acontecimientos y a pesar de que no era
la primera vez que sebastian pasaba por el proceso de adaptarse a un espacio
diferente con maestras y compañeros nuevos (estuvo en tres maternales
diferentes, pero esa es una historia que luego les contare) se sentía a gusto rápidamente y no había mayor problema que el no querer compartir algún juguete
especifico con sus compañeros. Etapa común en el crecimiento de los niños.
Resumo el anterior año escolar así:
tutorias en la escuela, lagrimas por no querer ir a clases, quejas constantes
de su maestra, consejos para llevar al niño a un psicólogo infantil (cosa que
nunca hice), etiquetas de un niño hiperactivo, desespero de mi parte,
conversaciones con la directora del
plantel, nueva actividad extra curricular. Todo esto para luego junto con otras
mamás de la escuela llegar a la conclusión de que el problema no eran los niños
(hablo en plural porque no era la única mamá bajo esta situación) sino la falta
de dominio de grupo del docente que a mediados del año escolar renuncio y
contamos con la astucia de una maestra nueva con quien vimos resultados
diferentes y tuvimos un buen cierre de año escolar. Interesante no?
Ahora bien, mágicamente llegaron
las vacaciones; dos meses donde algunas
rutinas desaparecieron y otras se reforzaron, comencé a trabajar medio tiempo
para quedarme en casa con el y la verdad es que nos sentíamos de maravilla
hasta que el aburrimiento tomo lugar y sebastian ya estaba inquieto, aun cuando
siempre lo llevábamos a la finca y salíamos a recrearnos; ya estaba haciendo
falta el compartir con otros niños. Sus amiguitos de la escuela.
Yo por mi parte mientras el me preguntaba todos
los días cuando regresaba a clases, me sentía angustiada y atemorizada de solo pesar en el nuevo año escolar. Si bien
es cierto que estaba ya deseando que comenzaran las clases, también deseaba que
faltaran unas semanas mas y todo esto producto de lo comentado anteriormente.
Era verdaderamente terrible pensar en que podía suceder todo nuevamente.
Comenzaron las conversaciones, un
modo de preparar el terreno para que el cambio a una nueva maestra fuera mas
llevadero (se encariño con la ultima, imaginen mi cara). Con la compra de la
lista escolar me animaba su entusiasmo, que optimismo el suyo, Pero que susto
el mio! Me tocaba respirar profundo para que no notara mi ansiedad al respecto.
Llego el día, nos fuimos tempranito a la
escuela, lonchera lista, uniforme listo, mamá… mas o menos… creo que sentí mas
nostalgia que cuando lo deje en el maternal la primera vez. ¡Que grande esta!
Sebastian siempre a sido un niño
muy independiente, asi que no me soprendio verlo desenvolverse y actuar con
total naturalidad. Pensé que llegaría brincando y corriendo como anteriormente
lo hacia, pero no, se sentó en su banquito, allí en el área de la salida de la
escuela donde reciben a los niños y donde esperan que los vayan a recoger. Miro
a su antigua maestra y con gran alegría le mostró su lonchera de super héroes,
saludo a todos sus compañeros, les dijo lo que llevaba para desayunar y les contó que peppa (su cochinita) había tenido bebes en el campo. Todo esto mientras yo conversaba con su nueva maestra y otra mamá que tenia las mismas
preocupaciones que yo (tuvimos la misma experiencia). Me fui a la oficina y no
se cuantas veces miraba la hora, como si podría adelantar el reloj y correr a
buscarlo. - ¿Cómo te fue en la escuela?-Pregunte, y seguido de eso tuve un
relato que me encanto. Aparentemente todo estuvo bien, y así fue en los días siguientes. Nada de quejas, nada de llantos.
Un dia al llevarlo a la escuela
pregunte, ¿Cómo le va a sebastian? La respuesta, estupendo! Dicho por la
psicopedagoga de la escuela, muy bien adaptado, tranquilo, hace sus actividades
y comparte con sus compañeros. El alivio y la alegría eran indescriptibles. Y
no es que dudara de que mi hijo no se adaptara, porque como ya dije es muy
independiente ,se desenvuelve muy bien,y es muy seguro, pero dada la antigua
experiencia me sentía predispuesta.
Ya hoy a tres semanas del comienzo oficial de
clases, respiro con tranquilidad. Su maestra nueva es una docente comprometida y
con amor a su profesión, sebastian una vez mas esta a gusto (tanto que casi siempre se levanta solito y feliz para ir a la escuela) hace sus tareas con
entusiasmo, hasta juega a la escuelita! Creo que vamos muy bien ¿no? Se
esfumaron algunos temores, ahora mas que agobiarme disfruto de su nueva etapa,
de verlo crecer y aprender.
Moraleja: Es normal preocuparse por todo lo que
tenga que ver con nuestros hijos, los padres nos llenamos de ansiedad a medida
que van creciendo y viven nuevas etapas, mas si son etapas en las que no nos
necesitan, aunque siempre estamos allí para ellos. Solemos olvidar que los
seres humanos somos capaces de siempre adaptarnos y sobrevivir y nos aferramos
a la idea de que nuestros niños serán siempre niños, y no los dejamos
desenvolverse y crecer. Como padres estamos en la obligación de velar por su
bienestar y guiarlos, pero sin ser nosotros quienes escojamos su proceso
evolutivo y de crecimiento.
Sentir temor al verlos crecer no esta mal, es
normal sentirnos nostálgicos y con miedo de dejarlos ir en un mundo que se
encuentra quizás patas para arriba. Pero debemos aprender a respetar cada una
de sus etapas y ayudarlos a vivirlas y a disfrutarlas desde el amor, el entusiasmo, el optimismo y
el respeto.
Crecemos y aprendemos juntos, de eso se trata
¿no?
Ya les
contare de nuestros avances y aventuras…
Katiuska Figuera.
Mamá Primeriza
Relacionista Industrial
Cofundadora Lazos de Madre.
Conductora Lazos de Madre Radio.
Mamá Primeriza
Relacionista Industrial
Cofundadora Lazos de Madre.
Conductora Lazos de Madre Radio.
Que año difícil paso sebas amiga! Pero que alegría que ya le va estupendo. Por aquí también nos vamos adaptando muy bien, creo que mas le cuesta al papá jajajaja, a cuarto para las 12 ya está en la puerta esperándola jajajaja.
ResponderBorrarAtenta a los progresos ;)
Si amiga! Fue un año difícil para ambos y el proceso de adaptación para los dos fue muy duro. Gracias a Dios este año todo va muy bien y su maestra nueva es excelente, Sebastián está encantado de la vida y la diferencia en todo es muy grande. Estoy segura de que sally disfrutará su primer año escolar y se adaptará súper rápido... Papá pues necesita tiempo para acostumbrarse jajaja
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