lunes, 28 de septiembre de 2015

La convivencia entre hermanitos.


      En mi experiencia como madre de 3, he notado que los niños cuando tienen hermanos forman una cadena de aprendizaje y amor, los hermanos mayores son el ejemplo y modelo a seguir por los mas pequeños. Muchas veces suelen pelearse, y al cabo de un momento ya están de nuevo abrazándose, es algo muy normal y natural en los niño, pero el ejemplo comienza desde los padres, el trato que ellos llevan en su vida como pareja, es el principal ejemplo para los niños, y como deben tratarse. 



      Hace poco leí un articulo en la revista Tiempo de hogar, donde explicaba que una de las razones por las cuales se decide tener mas de un hijo, es porque hay la creencia de que un hijo único suele ser egoísta y egocéntrico, cosa que yo nunca he pensado. Sin embargo tener mas de un hijo, es una reto, ya que hay que enseñarles convivencia, respeto y paciencia, ya que cuando están pequeños normalmente surgirán conflictos.


     En el articulo, Hermanos en paz, de la revista Tiempo de hogar, la psicóloga clínica Fania Castillo da algunas recomendaciones al respecto, que me gustaría compartirla con ustedes.  

     1 . Error: comprarles a todos lo mismo. La mayoría de los padres de dos o mas hijos considera que una manera de evitar las peleas entre ellos es comprándoles a todos lo mismo. Castillo sostiene que esto, en lugar de "mantener la paz", fomenta las comparaciones y rivalidades entre ellos. Por ejemplo, frases como "yo conservo mejor este juguete que mi hermano" o " a mí me queda mas bonito el vestido que a mi hermana" pueden ser consecuencias de las compras por igual. 

     La psicóloga recomienda, a los padres ser mas espontáneos y fijarse en las particularidades de sus hijos, a fin de ir descubriendo sus gustos e intereses para ayudarles a desarrollar sus talentos y facultades. Al momento de comprarles, hay que tener en cuenta los gustos particulares de cada uno. Esto no solo repercutirá en la disminución de las comparaciones y rivalidades, sino que beneficiara la empatía entre padres e hijos al darse cuenta estos últimos de que sus papás se preocupan por conocer sus intereses. 

      2. Prohibidas las etiquetas. Aunque no se den cuenta, los padres suelen proyectar sus propias fantasías y expectativas sobre los hijos, pensando queriendo creer que se trata de los rasgos que "naturalmente" estos tienen. Por ejemplo, convencerse de que una de las hijas tiene cualidades para ser reina de belleza, o de que el mayor de los varones es a quien los hermanos deben respetar. Estas expectativas expresadas en marcas o etiquetas fomentan los celos y rivalidades.

      La psicóloga entrevistada recomienda a los padres, evitar el uso de adjetivos para comparar a sus hijos, como "fulano es el mas responsable", " mengana es la mas bonita" o "zutano es el mas débil". La mayoría de los padres incurren en este error sin advertir que ello incide en la formación de complejos, tanto de superioridad como de inferioridad, los cuales son un factor, de discusiones y resentimientos. entre hermanos. 

    3. Lecciones distintas para cada edad. Frente a las conductas negativas, nunca traerá beneficios hacerle a un hijo lo mismo que él le ha hecho a su hermano. Si le ha pegado, los padres no debe pegarle "para que sienta lo que el otro sintió". A al larga, esto incrementa la violencia en lugar de evitarla. Lo recomendado es manejar la situación dependiendo de la edad que tengan los hijos. 

     Al respecto, Castillo nos dice que cuando están muy pequeños, es decir, antes de entrar a preescolar, las peleas entre hermanos se pueden detener con un "no" rotundo y separarlos. En cambio, entre tres y seis años funciona mejor la empatía, frases como "¡Mira cómo le dolió a tu hermano lo que le hiciste!" son entendidas por los niños de esta edad como una lección. 


    Las conversaciones comienzan a funcionar a partir de los ocho años. En esta etapa convienen los llamados "sermones", es decir, discursos donde se les hable de valores como el respeto, la tolerancia, el saber compartir, el perdón, entre otros relacionados con la sana convivencia. Cuando llegan a la adolescencia, la especialista recomienda ponerlos a reflexionar sobre sus actos y propiciar la resolución de conflictos entre ellos mismo, por ejemplo, a través de cartas donde le expresen a su hermano lo que les disgusta de él y analicen los motivos de las peleas. 


    4. Predicar con el ejemplo. Para mantener la paz entre hermanos lo primero que debe existir es paz entre los padres. Algo que deben tener presente los adultos es que los niños no aprenden del "deber ser" sino del comportamiento que observan en los mayores, sobre todo en sus padres, que son sus primeros modelos a seguir. 

      La psicóloga Castillo insiste en que de nada sirve reprender el maltrato de un hermano hacia otro si los padres se maltratan entre sí. Por ello, si los hijos ven que sus padres se lastiman verbal y físicamente, difícilmente la relación entre hermanos será distinta. 

Articulo tomado de la revista Tiempo de hogar, escrito por María Fernanda Rodríguez .

   En mi caso, suelo hablar mucho mis pequeños, explicarles a modo que entiendan según su edad ( 6,4,2 años), hablarles de valores es muy importante desde que están pequeños, y explicarles que sus hermanos también son sus amigos, están para quererse, apoyarse y jugar. 

colaboracion especial.

Rebeca Grimán Twitter @bekkitta. Instagram @jabonesbekita




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