martes, 11 de noviembre de 2014

Somos excelentes padres…hasta que tenemos hijos





Cuando escuché ese dicho  por primera vez, honestamente no lo comprendí del todo. En ese entonces no me pasaba por la cabeza tener niños y la maternidad no iba conmigo.



Sin embargo, cuando mi sobrinito mayor nació, sin ninguna mala intención y más bien por querer ayudarla, empecé a juzgar a mi hermana sobre la forma cómo lo estaba criando, a veces me parecía que lo consentía demasiado o que se dejaba “pisar” por él y lo que es peor, tenía la desfachatez de mencionarle ejemplos de cómo debía criarlo. Eso sí, siempre pensé y pienso que ella es una excelente madre, pero en aquel entonces la consideraba muy “blandenga” en algunos aspectos.




Por supuesto, mi pobre hermana tuvo que escuchar de mi boca el tan desagradable “deberías”o “cuando yo tenga un hijo blablablá” y ya se imaginarán por donde seguía la cosa…muy triste ¿verdad?



Ahora que ha pasado el tiempo y la vida ha dado muchas vueltas, puedo decir sin orgullo y con pena que yo era la típica tia sin hijos que cree saberlo todo en materia de niños  que aparecía en un programa que pasan en Discovery Home & Health, llamado Mamás Sin Manual en el que un familiar de una “x” madre critica o cuestiona cómo la pobre mujer cría al menos a cuatro pilluelos de los 2 a los 12 años, por decir lo menos, y tiene la osadía de decir que  él (el familiar e inclusive el padre delas criaturas) lo puede hacer mejor.



Para hacer el cuento corto, en dicho programa la madre se va un fin de semana de spa y dejan al súper “padre, abuela, abuelo, tía, tío o amigo de la familia” a cargo de los muchachitos.



En el programalos criticones después de pasar tres“largos” días a cargo de los niños, terminaban llorando porque se sentían sobrepasados y no podían con los peques y sus rutinas diarias, se volvían un ocho para preparar una comida y tener que llevarlos al kárate, el ballet o la fiestecita de té, comprendiendo que la  madre tenía razones y motivos para criar a sus hijos de esa manera, y preguntándose cómo podía arreglárselas ella sola y de paso, hacerlo bien. Entonces, venía la escena emotiva en la cual pedían perdón a la mamá (que llegaba fresca y renovada después de un merecido fin de semana de descanso) y sinceramente admiraban el trabajo que hacía.



Claro, yo no tuve que cuidar a mis sobrinitos para comprender a  mi hermana, tuve a mis propios hijos y al enfrentarme a los retos de la maternidad me di cuenta de todas las tonterías que le dije a ella porque definitivamente uno es excelente padre hasta que tiene hijos.



Por eso, en esto de la maternidad lo mejor es no juzgar, porque cada madre hace un gran esfuerzo emocional y afectivo para criar a sus niños de la mejor manera posible.



Que el niño te escupe la sopa y se la cambias por el tetero para que almuerce algo, que  todavía usa chupón  con dos años y medio, que has prolongado la lactancia demasiado tiempo o que el niño duerme contigo en tu cama:Eso no es problema de nadie y mucho menos de alguien que no tiene hijos y que no ha asumido este hermoso reto.


Afortunadamente, mi querida hermana tiene un corazón de oro y no me ha sacado en cara mis comentarios infelices de aquellos tiempos, se ha reído de mi y me ha ayudado un montón porque ahora que ambas estamos en el mismo bando ya sé como es la cosa y esto de ser madre no es tan fácil como se ve desde afuera




Isabel Lara Campos
Twitter: @maminspirada
www.maminspirada.com

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